El Mercurio
El catalán, quien realizará ocho conciertos en el país, se refirió a esta crisis humanitaria y lanzó conceptos sobre Arturo Vidal y la reciente muerte de Lucho Gatica.
José Vásquez
A Joan Manuel Serrat no le interesó esperar por un número redondo. El catalán cuenta que no le vienen las "convenciones sociales" y por eso, dice, para qué esperar a que "Mediterráneo" (1971), su obra cumbre, cumpla 50 años, si ahora que ya han pasado 47 sintió la necesidad de volver a interpretar ese álbum de forma íntegra.
La voz de "Aquellas pequeñas cosas" ya está en Chile para realizar una serie de ocho conciertos que inicia mañana en el Teatro Nescafé de la Artes y que pasará también por ciudades como Temuco y Valparaíso. Una gira que tituló "Mediterráneo da capo", un viejo dicho italiano que se refiere a un "volver al inicio" que ayer, en su encuentro con los medios en un salón del Hotel Sheraton, profundizó también como un homenaje no solo musical, sino que también al mar, refrendando esta obra.
En esta lectura, Serrat sitúa al Mediterráneo como un espacio en el que se ha acentuado una crisis humanitaria de migración, ya sea de África o de Asia, "que están buscando un lugar dónde meter la vida en una Europa terriblemente dura, cerrada y donde las fronteras y los alambres han sustituido a los caminos", dice el intérprete, quien endurece su discurso sobre un continente que, señala, "está viviendo una época muy dura respecto de los procesos migratorios y feroz en cuanto a la solidaridad; una Europa vieja, avara y poco dispuesta a abrir los brazos a gente que necesita ser recibida".
El cantautor ayer también tuvo palabras para referirse a Arturo Vidal, quien hoy juega en el Barcelona, equipo del que es hincha, y a la reciente muerte de Lucho Gatica, de quien dijo haber sido un ferviente admirador. Sobre el futbolista, afirmó que espera que "tenga el tiempo suficiente para poder consolidarse como el jugador que es y que le hace falta al Barcelona", y sobre la figura del bolero, lamentó su fallecimiento, el de "una voz reconocible a todas luces e imposible de confundirla con otra".
Recuerdo de Willy Bascuñán
En la década del 70, Serrat tuvo una gran amistad con el músico chileno Willy Bascuñán, quien incluso estuvo presente durante la gestación de "Mediterráneo" en España. "Entonces grabamos un material que nunca salió y donde él era la cabeza pensante, siempre", señaló a "El Mercurio".
"A Willy siempre lo recuerdo con mucho cariño y a su familia. Hemos sido grandes amigos y seguimos siéndolo, a pesar de que últimamente nos hemos visto mucho menos. Añoro a ese personaje tan talentoso y simpático", dice el catalán, quien no descarta reunirse con el chileno -que hoy vive en Pucón-, durante las actuaciones que haga en el sur. "Vamos a ver cómo andamos los dos, pero me gustaría verlo, claro que sí", plantea.
Varias actuaciones
Serrat se presentará en noviembre en el Teatro Nescafé de las Artes (21 y 22), Valparaíso (24), Talca (27), Frutillar (29) y en diciembre en Temuco (1), Concepción (3) y Movistar Arena de Santiago (6).
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