El Mercurio
Con la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil y tres coros, interpretarán el Réquiem de Mozart el próximo sábado. La ciudadanía está invitada.
Romina de la Sotta Donoso
Es la batuta chilena que mayor resonancia ha tenido en el mundo, Premio Nacional de Música 2012, un renovador de nuestras orquestas y un innovador del repertorio. Y también es un favorito del público, como atestiguan las taquillas en cada sitio al que lo invitan.
Pero ahora la invitación la hace él. Juan Pablo Izquierdo (1935) convoca a la ciudadanía a la Catedral de Santiago el próximo sábado. La música la pondrá él, cuando dirija a cuatro solistas vocales, una orquesta y tres coros, en una de las composiciones más conmovedoras de todos los tiempos, el Réquiem de Mozart, para rendir homenaje a Víctor Alarcón, el fructífero director coral que murió tempranamente en un accidente automovilístico hace siete semanas.
Con la soprano Maureen Marambio, la mezzo Evelyn Ramírez, el tenor Leonardo Pohl y el barítono Francisco Salgado como solistas, actuarán la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil (OSNJ) y los coros de Cámara UC; de Estudiantes UC y Crecer Cantando del Municipal de Santiago, fundados los dos últimos por el propio Alarcón.
"Hemos trabajado duro, tocar Mozart es lo más maravilloso y lo más difícil del repertorio, porque es de una enorme sutileza y transparencia", comenta Izquierdo. "Estoy muy contento con el resultado de los ensayos, es algo admirable", agrega.
"Es la última obra de Mozart y en ella se manifiesta toda la maravilla de la tradición contrapuntística que viene desde Bach, es decir, del Barroco, en conjunción con el estilo Clásico de la época de Mozart", aclara Izquierdo.
Para él, la Catedral como escenario tiene un significado muy especial. "Tengo recuerdos muy significativos, de haber hecho la Misa en Si Menor de Bach, la Tercera de Mahler, el Réquiem... Cómo olvidar que con los coros de Mario Baeza tocamos la 'Pasión según San Juan', de Bach, el día antes del golpe militar, y que estaba todo oscuro afuera, con un intenso olor de bombas lacrimógenas. En lo humano fue tan importante como en lo musical", asevera.
El concierto en la Catedral es a las 20 horas del sábado 24, con entrada liberada, y habrá también una función con retiro de invitaciones el viernes 23 en CorpArtes, y otra pagada el domingo 25, en la U. Santa María en Valparaíso.
El programa incluye la Obertura de "Ifigenia en Áulide" de Gluck, en el arreglo de Wagner.
Fanático confeso del bolero -"es la representación más grande de la música popular de Latinoamérica", dice-, Izquierdo lamenta el deceso de Lucho Gatica. "Es una de las glorias musicales de Chile. Para mí, su versión de 'Bésame mucho' es la definitiva", detalla.
Y respecto de sus próximos compromisos, volverá a innovar en el repertorio, como lo ha hecho toda su carrera, en los varios conciertos que tiene en 2019 con la Filarmónica y la Sinfónica. Entre otras, dirigirá la "Suite Escita" de Prokofiev, Tres piezas de "Wozzeck" de Berg, "Amériques" de Varèse y "El Mandarín Maravilloso" de Bartók, además de obras de Cirilo Vila y Roberto Falabella. Igualmente, ha propuesto un programa dedicado al Grupo Tonus, con composiciones de Fré Focke, León Schidlovsky y Juan Allende-Blin. "Ojalá que se confirme", cierra.
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