jueves, noviembre 01, 2018

Las campanas vuelven a sonar por todos los Santos y Difuntos



El Mercurio

El Grupo de Campaneros de Santiago tocará por diez horas los bronces litúrgicos de la Iglesia de San Francisco. Así rescatan un patrimonio sonoro olvidado hace más de 150 años. 

Por Romina de la Sotta Donoso

En la Colonia, el toque de campanas por la Víspera de Todos los Santos y Todos los Fieles Difuntos era uno de los más extensos en Santiago; podía durar dos días. Y lo efectuaban todas las iglesias de la ciudad, al unísono.

"En la Colonia, con toda seguridad se escuchaba en Santiago entero, porque todas las iglesias de la ciudad tenían que hacer el toque en forma simultánea", dice el musicólogo Eduardo Sato, autor del libro "Con mi voz sonora. Campanas y toques de campana en la Catedral de Santiago (1789-1899)", de Ediciones U. Alberto Hurtado.

Sato, junto a Sebastián Jatz, Tomás Brantmayer y Nicolás Sandoval, conforman Los Campaneros de Santiago, agrupación que lleva seis años realizando toques litúrgicos históricos en iglesias de la capital.

Estos cuatro campaneros del siglo XXI, más invitados, rescatarán hoy y mañana esta práctica sonora largamente olvidada en la Iglesia San Francisco, que está celebrando 400 años de su construcción y la próxima restauración de su campanario.

"Ojalá que más adelante se vayan sumando más iglesias, para acercarnos más a la sonoridad original", apunta Sato.

El toque de Todos los Santos y de Todos los Fieles Difuntos estuvo vigente toda la Colonia en Santiago. Se trata de un tipo de toque llamado "dobles" porque se tocan dos campanas alternadamente. "Es un toque pausado y con intervalos, es decir, se hace una serie de toques y luego hay una pausa de cuatro minutos de silencio, y esto se repite una y otra vez. El toque con las campanas tocando simultáneamente es de carácter fúnebre. La idea es que con cada uno de los sonidos de las campanas uno recordara a algún muerto e hiciera una oración por ese muerto. Es un sonido muy lúgubre y monótono", advierte Sato.

Al tratarse de una conmemoración muy solemne se permitía que se tocaran tres campanas al mismo tiempo, así como la ornamentación de un repique. "Es un toque un poquito más rápido, que se alternaba mientras estaban sonando los dobles, dinámica que también vamos a emplear nosotros para marcar el inicio de cada hora", revela Sato.

Partirán a las 14 horas de hoy y seguirán en forma continua hasta las 20 horas, para reiniciar a las 9 horas de mañana, hasta las 12. En su versión original, la pausa era breve y se realizaba recién a las 4 y media de la mañana. "Tuvimos que acortarlo un poco, porque en el convento no puede haber gente extraña de noche. Sin embargo, esta experiencia será lo más parecida posible a la original", asegura Sato. Para apreciar estas diez horas del toque, recomienda instalarse en la iglesia, el museo o el barrio París-Londres.

La Iglesia San Francisco posee un valioso conjunto de cinco campanas litúrgicas. Sólo una de ellas fue fundida antes de la Independencia, en 1750, pero otras dos también son de tipo colonial, por su método de fabricación, modelo y sonoridad. "Una fue fabricada por Toesca (no es el arquitecto), en 1808, y refundida como réplica por la Fundición Yungai en 1896, y la otra fue fabricada en 1846 por Miguel de Sierra", detalla Sato.

Asimismo, este conjunto posee una de las campanas más grandes de la ciudad -"Nuestra Señora de Purísima y Nuestro Padre San Francisco", fundida por Molinié en 1855 y que pesa 3.490 kg- y una muy pequeña, fabricada en 1890 por la Fundición Libertad.

"Vamos a tocar la campana más grande y dos medianas, alternándolas con la más pequeña", adelanta Sato, y cierra: "Más allá de lo devocional, desde el punto de vista patrimonial estamos rescatando un sonido de la Colonia que no se oía en Santiago desde la primera mitad del siglo XIX. Es un vínculo único que podemos hacer con nuestro pasado".

 Salvataje en Las Cruces

Los Campaneros de Santiago están en plena campaña de donaciones para restaurar el campanario de Las Cruces. "Esa torre tiene las únicas 3 campanas fundidas por Rómulo Tonti, un italiano que llegó a Chile en 1910, que abrió una fundición donde se hicieron importantes esculturas. La idea es poder terminarla para el 23 de enero de 2019, coincidiendo con el primer aniversario de la muerte de Nicanor Parra, que fue velado en esa iglesia", cuenta Eduardo Sato. Informaciones en Arsomnis.com.

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