Fallece André Previn, el director de orquesta que borró las fronteras

A los 89 años, en Manhattan

María Soledad Ramírez R.
Cultura
El Mercurio

Comparado con Leonard Bernstein por su versatilidad, Previn no solo dirigió grandes orquestas, sino que también fue compositor y pianista, con una carrera en el jazz.



Parecía que todas las formas musicales le interesaban, ya que en su larga carrera acumuló trabajos en múltiples áreas. André Previn, fallecido ayer en Manhattan a los 89 años, fue director de orquesta -uno de los grandes del siglo XX-, compositor -de conciertos, de ópera, de música de cámara, y también para el cine y musicales- e intérprete -un pianista que iba del jazz a la música clásica.

Fue esa versatilidad lo que destacan sus obituarios al llamarlo "director sin fronteras", que traspasó las barreras musicales sin perder en ello su maestría y genialidad. Y esa característica hizo que lo compararan con el otro gran músico estadounidense, Leonard Bernstein. Para Previn eso no era problema: Bernstein era su ídolo y le agradecía que hubiese hecho posible el no especializarse en algún tipo de música.

Dueño también de una azarosa vida privada, cuando cumplió 80 años señaló en una entrevista que de su carrera profesional no lamentaba nada, pero sí de las decisiones tomadas en su vida personal. Se casó cinco veces -entre ellas con la actriz Mia Farrow y la violinista súper estrella Anne-Sophie Mutter, la última- y tuvo varios hijos.

Niño prodigio

Nacido en abril de 1929 en Berlín como Andreas Ludwig Prewin, de padre judío, su familia escapó en 1938 de la ya asfixiante Alemania nazi para refugiarse primero en París y luego en Los Angeles, Estados Unidos. Previn fue un niño prodigio que entró de seis años al conservatorio en su ciudad natal para estudiar piano y luego aprender con el compositor y director Mario Castelnuovo-Tedesco en Los Angeles, entre otros músicos que fueron sus profesores.

Nacionalizado en 1943, Previn inició su carrera en el mundo que tenía más cerca: Hollywood. Compuso música para el cine que fue todo un éxito, pero deseaba conocer más y se encaminó hacia el mundo de la música clásica. En una entrevista al diario The Guardian contó que dejó el contrato con el estudio MGM porque le ofrecía solo comodidad. "Sabías a donde iría tu trabajo el próximo año y que te iban a pagar. Pero era demasiado ambicioso musicalmente para quedarme en eso. Quería ver cuánto talento tenía".

En su lado clásico, Previn fue contratado en 1967 como director de la Sinfónica de Houston y en 1968, de la Sinfónica de Londres. Ahí estuvo 11 años, pero se mantuvo ligado a ella durante toda su vida: en 2015 tocó por última con ellos y en 2016 fue nombrado director emérito.

Grabó muchísimos discos con la orquesta londinense, le dio un sonido único y además la llevó hacia el público no especializado. En la BBC tuvo el programa André Previn's Music Night, que salía al aire todos los sábados en horario prime . Mucha gente vio por primera vez a la Sinfónica de Londres en esos encuentros televisados.

También trabajó con la Sinfónica de Pittsburgh (1976-1984), la Filarmónica Real de Londres (1985-1988), la Filarmónica de Los Angeles (1985-1989) y la Filarmónica de Oslo (2000-2006). En 2009 fue nombrado principal director invitado a la NHK Symphony Orchestra de Tokio.

Como compositor escribió conciertos, música de cámara, ópera y jazz. En estos dos últimos géneros también destacó. Cuando llegó a Estados Unidos conoció el jazz y no perdió la oportunidad de acercarse a él como pianista. Tocó junto a Ella Fitzgerald y grabó con Benny Carter y Mahalia Jackson, entre muchas otras colaboraciones.

En la ópera, es el creador de "Un tranvía llamado deseo" (1998), cuya premier fue en la Ópera de San Francisco con Renée Fleming en el rol de Blanche DuBois. También escribió "Brief Encounter" (2007), con libreto de John Caird.

"Soy naturalmente curioso sobre muchas disciplinas diferentes en la música y disfruto hacerlas", dijo una vez. Su legado confirma esa bendita curiosidad.