La Tercera
Aunque el ministro Gonzalo Blumel lo respaldó públicamente, en el Ejecutivo admiten que la situación es compleja y distrae de la agenda gubernamental. Sindicato de actores, Sociedad de Escritores de Chile y funcionarios de Cultura pidieron su renuncia. Músicos citaron a una manifestación en el Museo de la Memoria.
Autor: Ivonne Toro
Ayer, el recién designado ministro de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Mauricio Rojas Mullor, debía debutar públicamente asistiendo a una conferencia de prensa para informar los detalles del recital “Los Jaivas: 55 años”, patrocinado por la cartera.
Sin embargo, en medio de la polémica por las críticas del ex speechwriter del Presidente Sebastián Piñera al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, se cambió el diseño de la actividad y se informó que solo asistiría el subsecretario, Juan Carlos Silva. Finalmente, la actividad se suspendió: el grupo musical declinó asistir para no involucrarse en la controversia del ministro.
Lo de Los Jaivas fue la primera señal concreta al llamado del poeta y premio nacional de Literatura, Raúl Zurita, de bloquear a Rojas Mullor por haber afirmado en su libro Diálogos de conversos (2015) -en una conversación sostenida con el canciller Roberto Ampuero- que el museo es “un montaje, cuyo propósito es impactar al espectador, dejarlo atónito, impedirle razonar. Es una manipulación de la historia”. Si bien durante el fin de semana el titular de las Culturas aseveró que esas expresiones “no reflejan mi posición actual”, la explicación es considerada insuficiente, y desde el mundo artístico solicitaron su renuncia y advirtieron que, de mantenerse en el cargo, evitarán todo contacto con él.
Ignacio Achurra, presidente del Sindicato de Actores, subrayó que “relativizar los crímenes de lesa humanidad en dictadura viola un consenso básico universal, creemos que el ministro está inhabilitado de ejercer y no estamos disponibles a iniciar un trabajo conjunto con el actual ministro. Pedimos su remoción cuanto antes”.
El presidente de la Sociedad de Escritores de Chile, Roberto Rivera, sostuvo que adhiere al llamado de Zurita y destacó que “si autoridades tan importantes como las del Senado se niegan a recibirlo, nosotros tampoco vamos a sentarnos con él”.
Carmen Romero, de la Fundación Teatro a Mil, recalcó que “causa dolor que alguien se refiera así al Museo de la Memoria, ya que se trata de una institución vital. Para que ‘nunca más’, hay que saber qué ocurrió y condenarlo. Él está con un problema en estos minutos y tiene que hacerse cargo de lo que dijo”.
Análisis de La Moneda
Una de las preocupaciones del Ejecutivo es, precisamente, hasta dónde puede escalar la reticencia al secretario de Estado de parte del mundo de la cultura, con quienes debe trabajar, y si la oposición, que en conjunto salió a pedir su renuncia, dará alguna tregua tras anunciar que no será recibido en las comisiones de Educación de Senado y de Cultura de la Cámara, y que será citado a la de DD.HH. para que explique su proceder.
Además, este miércoles 15 artistas como Manuel García y Villa Cariño convocaron a un acto de desagravio en el zócalo del Museo de la Memoria que, recalcan en La Moneda, será otro elemento de análisis a la hora de revisar qué tanto daño está generando Rojas al gobierno.
De forma pública, desde el gobierno y el oficialismo ha habido una defensa al ministro. En Estado Nacional de TVN, el titular de la Segpres, Gonzalo Blumel, enfatizó que su par ya se había excusado y subrayó el compromiso del gobierno con los DD.HH. “El Museo de la Memoria es una instancia importante, de recuerdo, de aprendizaje para que nunca más se repitan esos hechos y el ministro ha señalado que lo que dijo en su momento ya no es lo que él piensa en esa materia (…) las opiniones del pasado son opiniones del pasado”, afirmó. En la misma línea el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, en Mesa Central de Canal 13 sostuvo que “se ha hecho una campaña injusta, nadie puede dudar de su compromiso con los derechos humanos”.
El presidente de RN, Mario Desbordes, coincidió con Rojas en que al museo le faltaba contexto histórico; y el diputado UDI, Javier Macaya, afirmó que a Rojas “la izquierda no le perdona que sea un “converso”. En cambio, Evópoli emitió un comunicado en que su directiva plantea una “defensa irrestricta” de los derechos humanos, “sin condiciones ni excepciones”, y señala: “rechazamos las declaraciones que en el pasado hiciera el actual ministro de Cultura, Mauricio Rojas (…), y valoramos que se haya retractado de sus dichos”.
Más allá del cierre de filas de Chile Vamos, lo cierto es que existe temor frente a un nuevo “efecto bingo”.
Fuentes de La Moneda recalcan que la salida de Gerardo Varela de Educación buscó, precisamente, darle al Ejecutivo la posibilidad de instalar una agenda propia ajena a los fails mediáticos, plan que duró apenas 48 horas. Frente a esta situación, la orden a Rojas Mullor fue guardar silencio tras intervenciones que fueron consideradas poco acertadas y esperar que hoy el tema sea revisado en el comité político de los lunes.
Hay varios elementos sobre la mesa. El primero es que desde Palacio consideran que no pueden “ceder” cada vez que un nombramiento genere rechazo, pero también admiten que su caso generó inédita unidad en la oposición, que desde el Frente Amplio a la DC han pedido que Rojas Mullor deje su cargo. A ello se sumaron los trabajadores del ministerio a través de una declaración pública.
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