sábado, agosto 18, 2018

Los cuatro jinetes de la guitarra metalera nacional

El Mercurio

Alejandro Silva, Benjamín Lechuga, Gonzalo Sanhueza e Ignacio Torres son parte del contingente de grandes virtuosos de las seis cuerdas que ha dado el país. Aquí dan a conocer sus inspiraciones, gustos personales, anécdotas y secretos. 

Por Patricio Zenklussen

 Ignacio Torres: "Cuando uno comienza tiene el sueño de dominar el mundo"
Para los más rockeros la siguiente fecha puede ser reveladora: 11 de marzo de 1997. Para Ignacio Torres, que por ese entonces tenía 16 años, también lo es. Kiss, con formación original, se presentaba en el Velódromo del Estadio Nacional para regalar a sus fanáticos chilenos casi dos horas de música en vivo.

"Desde pequeño había sido muy cercano a la música, y en casa mi mamá era muy rockera, pero el momento definitivo fue cuando fui a ese concierto. Al día siguiente adquirí una guitarra", recuerda Torres.

Solista y miembro de las bandas tributo Kisserblood y Transylvania, Torres ha tenido la oportunidad de telonear a Stratovarius, Edguy y Mr. Big, además de tocar a la par con guitarristas como Paul Gilbert y Bruce Kulick. Casi como un regalo del destino, también pudo telonear a Kiss como miembro de FHT.

En 2011, el músico viajó a Londres para demostrar su virtuosismo en la final del concurso internacional Guitar Idol III, en donde obtuvo el segundo puesto con su composición de heavy metal "Horus", que al día de hoy supera las 360 mil reproducciones en YouTube. Esa mirada al exterior abrió su mirada global y, hoy, Torres vive en Ucrania junto a su novia.

"Cuando uno comienza en esto siempre tiene el sueño de dominar el mundo, ser famoso y tocar en estadios llenos. En mi caso quizás eso no ocurra -lanza una carcajada-, pero aun así estoy profundamente satisfecho de lo que he logrado", asegura.

Guitarrista favorito: Paul Gilbert. Consejo: "Para ser un verdadero maestro en la guitarra debes dedicar tu vida".

Alejandro Silva: "El concierto es solo el 1%"
Es altamente probable que si Alejandro Silva no hubiese agarrado una guitarra acústica, inspirado por la música de Led Zeppelin, esta lista no existiría. O al menos estaría muy lejos de aparecer como lo hace ahora, pues el músico penquista es uno de los baluartes más importantes de la guitarra pesada chilena.

Cuatro discos de estudio, numerosas giras nacionales e internacionales y obras como "El lagarto" o "Neopangea" bastarían para respaldar su estatus de leyenda, pero el palmarés de Silva se extiende bastante más allá y sus experiencias junto a los más grandes del género -como Paul Gilbert, Marty Friedman (ex Megadeth) y la coronación en el concierto del G3 en Chile junto a Joe Satriani, Robert Fripp (King Crimson) y Steve Va- son las confirmaciones más concretas de su calidad y talento.

"En la música, como en todas las cosas, hay que ser súper movido", comenta Silva consultado por los pasos que lo llevaron a ocupar semejante lugar en el mundo del rock y el metal.

Actualmente abocado a la docencia y a la ingeniería, su profesión y segunda pasión, Silva responde con actitud serena, pero también firme y determinada, sobre cuál cree que fue la cualidad que le permitió llegar tan lejos junto a su guitarra: "El amor por la música". "El concierto es solo el 1%. Detrás hay ensayos, mover equipos, estar solo con tu instrumento practicando por horas. Tener el corazón completamente puesto en esto es la clave para poder salir adelante", afirma.

Guitarrista favorito: Eddie Van Halen. Mejor solo de la historia: "Tornado of Souls", de Megadeth. Consejo: "Que el instrumento sea el pincel y las notas, el color".

Benjamín Lechuga: "Hay que rodearse de gente que sabe más"
"Para mí era como jugar Nintendo. Trataba de sacar una canción y cuando lo lograba era como pasar una etapa. Entonces iba a otra más difícil, y luego otra más difícil", comenta Benjamín Lechuga, recordando sus primeros pasos en la guitarra eléctrica, con la que ya ha grabado numerosos álbumes, además de tocar junto a estrellas internacionales.

Su primer disco en la enseñanza media, el teloneo de su banda Delta a los gigantes de Stratovarius y el triunfo en el concurso "Ibanez Project" antes de salir del colegio fueron algunos de los hechos que potenciaron su meteórica carrera.

Sin embargo, el punto más alto llegaría algo más tarde, cuando obtuvo la bendición de un coloso de la guitarra: "Steve Vai armó un concurso ofreciendo una beca. Compuse una canción y quedé escogido entre los 10 mejores a nivel mundial. Luego se envió esa selección a Vai y él me escogió como el ganador".

"Después de estudiar en Londres por un año, volví a Chile e implementé un sistema educativo de campamentos de guitarra como el que realiza el guitarrista sueco Mattias Eklundh y también abrí una tienda de amplificadores e instrumentos", comenta Lechuga.

Pero más allá del ámbito emprendedor, para Lechuga la música sigue siendo su máxima prioridad y pasión, y hoy se dedica a la creación de piezas de metal progresivo que no creen en las fronteras y que incluyen los estilos más diversos. Mirando hacia atrás, asegura que la clave para haber llegado adonde está hoy fue "haber tratado de rodearme de gente que sabía más que yo, siendo el pez chico y aprendiendo de todo lo que había a la mano".

Guitarristas favoritos: Steve Vai, John Petrucci, Dimebag Darrell y Marty Friedman. Mejor solo de la historia: "Tornado of Souls", de Megadeth. Consejo: "Siempre disfrutar".

Gonzalo Sanhueza: "Siempre he querido tocar metal"
Hoy conocido como uno de los más grandes virtuosos del instrumento a nivel nacional, Gonzalo Sanhueza tuvo sus primeros encuentros con la guitarra en un entorno familiar donde el rock era ley. Mientras todos estaban fuera -asistía al colegio en jornada de tarde- el joven adolescente se entrometía en las cosas de su hermano para ensayar los primeros acordes y punteos.

"En mi casa todos eran muy cercanos a la música y tocaban algo, entonces había cierta presión de que si alguien decidía agarrar un instrumento tenía que hacerlo bien", comenta Sanhueza medio en broma, medio en serio.

Defensor férreo de los sonidos más extremos, Sanhueza reconoce que fueron los grandes intérpretes de los 80 y los 90 quienes lo llevaron a explorar territorios técnicamente más demandantes. "La música de esa época tenía mucha dificultad en la guitarra, entonces si querías tocar las canciones que sonaban en la radio, necesariamente tenías que aprender y practicar", comenta.

Ya sea en el disco "Contención", de la extinta banda Hacker, o bien en alguna pista de sus álbumes solistas "Mundo Perdido" o "Desde el infierno", es fácil reconocer la uñeta del guitarrista: siempre cargada de velocidad y potencia.

"Yo siempre he querido tocar metal y ser un guitarrista de rock. Ese era mi horizonte y lo sigue siendo hasta el día de hoy. Tenerlo claro me ha evitado grandes decepciones y pérdidas de tiempo", dice Sanhueza que actualmente da clases y clínicas especializadas.

Guitarrista favorito: Eddie Van Halen. Consejo: "Escuchen lo que tocan".

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