lunes, agosto 27, 2018

Teatro UdeC: Brillante gala rossiniana en Concepción

El Mercurio

Juan Antonio Muñoz H.
Fue una gran fiesta y hubo mucho que celebrar. Desde ya, no es habitual en Chile un concierto con un repertorio como este; menos habitual aún es que la interpretación esté a tan alto nivel. Fueron tres funciones (22, 24 y 25 de agosto), con el Teatro de la Universidad de Concepción repleto y la participación de coro y orquesta sinfónica universitarios, más dos cantantes nacidos en la Región del Biobío -los barítonos Ricardo Seguel y Christian Senn-, la mezzosoprano argentina Florencia Machado y el director italiano Pietro Mianiti.

Además, la visita permitió apreciar la remodelación de la sala y la galería de arte que se ha acondicionado en el foyer de la misma, donde por estos días se exhibe vestuario de ópera del diseñador Germán Droghetti.

Ya la obertura de "La Italiana en Argel", con la que inició el programa, dio cuenta de la calidad del conjunto y del director musical, aunque de pronto el peso sonoro pudo ser algo excesivo para esta música tan ligera y burbujeante; sin embargo, en lo sucesivo, el maestro Mianiti realizó un trabajo rayano en la perfección, alcanzando la gloria con la obertura de "Guillermo Tell", de dimensiones enormes (para algunos es casi un poema sinfónico), con ese romántico inicio con los cellos en solitario, liderados por Francisco Pino. Lo mismo debe decirse en la unión de coro (dirección de Carlos Traverso) y orquesta en "L'Asia in faville" de "Aureliano en Palmira", con un magnífico solo de violín a cargo del concertino Dorian Lamotte.

Abrió los fuegos vocales el dúo "Oh, che muso", de "La Italiana", con Florencia Machado y Ricardo Seguel, ambos con un irresistible desplante teatral, quienes utilizaron algunos elementos de escena para dar cuenta de lo que sucedía (siempre se contó con sobretítulos, de manera que el público pudo gozar del ingenio de los textos). La mezzosoprano tiene una voz de bello color y su coloratura es precisa; si bien los agudos le causaron alguna dificultad en las evoluciones del rondó "Nacqui all'afano" ("La Cenerentola"), su "Pensa alla Patria" ("La Italiana") fue notable en gracia, sabor y aplomo.

El barítono Christian Senn ya lleva años cantando por el mundo y su voz se ha consolidado en todo el registro. Es un muy buen actor, goza con lo que hace y transmite al público su seguridad musical. La flexibilidad de su instrumento quedó manifiesta en la entrada de Dandini, "Come un'ape nei giorni d'aprile" ("La Cenerentola"), y en el único fragmento donizettiano de la jornada: el divertidísimo dúo "Cheti, cheti immantinente", con sus imposibles trabalenguas, cantado junto a Ricardo Seguel ("Don Pasquale") y precedido por el coro "Che interminabile andirivieni".

Punto máximo de la noche fue la magistral interpretación de Ricardo Seguel para "Là del ciel nell'arcano profondo", larga y difícil escena de bravura, que exige agilidad, registro extenso y dominio absoluto del verbo (fue escrita por Rossini para una reposición de "La Cenerentola" en 1820). El mismo barítono -que no por nada es llamado cada vez con mayor regularidad por teatros como el Colón de Buenos Aires y la Ópera de Oviedo- hizo una entrega notable de "A un dottor della mia sorte" ("El Barbero de Sevilla"), mientras que Senn deslumbró con su versión de "Largo al factotum" y en el dúo "Dunque io son", junto a Florencia Machado.

Todo colaboró al éxito, incluida la simpática idea de que los acomodadores estuvieran vestidos como personajes de algún título lírico: el hambre por escuchar y ver ópera en Concepción es grande, y como este año, por motivos presupuestarios, no pudo montarse un título completo, se optó por este proyecto que resultó un éxito. Un último punto: hay que agradecer el acucioso trabajo de preparación realizado por la pianista correpetidora Verónica Torres.

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