Quince mexicanos fueron condenados a la hoguera por el pecado "nefando".
"Retablo de Sodomitas" es un monodrama que estrena la compañía Teatro Hija de Rosa en Matucana 100. La partitura original es de Andrés Núñez y la protagoniza Mauricio Carrasco.
Romina de la Sotta Donoso
Con "Pigmalión" (1792), Jean-Jacques Rousseau escribió el primer monodrama de la historia. Un formato de drama musical que caería en desuso hasta que compositores como Mauricio Kagel y Georges Aperghis lo rescataron.
"Por definición, un monodrama es la alternación de la palabra hablada, cantada, recitada o actuada, y música", dice el guitarrista Mauricio Carrasco, quien hizo un doctorado en ese tema en Australia, tiene una interesante trayectoria como performer en Ginebra y Melbourne, y acaba de firmar como académico de la U. Austral de Valdivia. "Me interesa mucho el trabajo interdisciplinario y la figura del actor-músico; hasta qué punto es actuación y hasta qué punto es música", agrega.
Un ejercicio que hará como protagonista del monodrama para un guitarrista "Retablo de Sodomitas", la nueva producción de Compañía Hija de Rosa, que integran la directora teatral Carolina Sagredo, el compositor Andrés Núñez y el diseñador Eduardo Jiménez. Las funciones partieron ayer y continúan hoy en Matucana 100 (20 horas, $3 mil). Se están afinando los detalles de futuras presentaciones.
El montaje se extiende por 45 minutos y contó con un Fondo de la Música. "Todo salió tan fluido que logramos llevarlo a escena en el lapso pensado para la composición y el trabajo con el guitarrista", cuenta Andrés Núñez, docente en la UMCE.
La performance en vivo del guitarrista se articula con la voz en off de José Soza, además de instrumentos como mandolina, un laúd turco y un cepo de tortura.
Los versos provienen del autosacramental "Retablo de Sodomitas Novohispano", del premiado autor mexicano Luis Felipe Fabre, quien reconstruye en esta forma alegórica una historia real a partir de textos judiciales. Se trata de un proceso penal realizado por la justicia civil en Ciudad de México entre 1657 y 1658, que sentenció a 15 hombres a morir en la hoguera por el "crimen" de la sodomía. En el caso de un niño de 15 años se conmutó la pena por 200 azotes y seis años de esclavitud.
"Me atrajo mucho la riqueza poética de este autosacramental y su potencial sonoro, especialmente el uso que hace de la repetición y cómo se van transformando las palabras y los verbos, así como su uso de un español antiguo muy tradicional", reconoce Núñez. "Además, hacer esta obra es un acto de justicia", agrega.
"Como es un autosacramental, el texto poético presenta personajes alegóricos, y así aparecen la Santa Doctrina y la Carne, al lado de personajes de carne y hueso, como el alcalde, el escribano y los hombres procesados. Y así se habla del pecado 'nefando', que es justamente lo que no se puede decir", cierra Núñez.
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