El Mercurio
Anuncios de reediciones, estudios, traducciones e incluso obras escénicas demuestran la importancia que ha adquirido la obra del poeta chileno entre las nuevas generaciones de lectores.
Pedro Pablo Guerrero
El 68 no fue un buen año para la literatura chilena. Al suicidio de Joaquín Edwards Bello en febrero, se agregó, el 10 de septiembre, el de Pablo de Rokha. El 17 de octubre hubiera cumplido 74 años. No tenía razones para celebrarlos. Cuatro meses antes había muerto su hijo Pablo y, en 1951, su esposa, Winétt. "Ella fue la razón de su vida y, probablemente, de su muerte", conjetura su nieta Patricia Tagle, directora de la Fundación De Rokha. Y para demostrarlo cita el desgarrador prólogo que el poeta le dedicó a su memoria en el libro Genio del pueblo (1960). Cuando, según sus propias palabras, sentía estar "viviendo los descuentos del postpretérito, acorralado por lo infinito vacío".
Esta semana, Patricia Tagle dio una charla acerca de su abuelo en La Chascona, invitada por la Fundación Pablo Neruda. ¿No es una paradoja, al menos, hablar sobre Pablo de Rokha en la casa-museo de su máximo adversario?
"La paradoja -responde Tagle- comenzó hace años cuando mi hijo Emiliano organizó en La Sebastiana una semana de conferencias y lecturas en torno a De Rokha. Se dio la posibilidad porque había una directora de la Fundación Neruda que era amiga de mi hermana. Nosotros estábamos menos cargados de lo que podríamos estar ahora que leo todas las cosas que dice mi abuelo en sus libros sobre Neruda. Pero, bueno, son entidades, fundaciones, no personas".
La Fundación De Rokha, en todo caso, va a conmemorar al poeta en octubre, con actividades en Talca, Chillán, San Javier y Santiago, muchas de ellas vinculadas a la música. El paso de la obra rokhiana a otras expresiones artísticas ha sido frecuente: el grupo Verso de Rokha entona sus versos al ritmo del hip hop ; el actor Alejandro Goic tiene un proyecto teatral ya avanzado sobre Pablo de Rokha que tituló "Nostalgia de la República de Chile", y el cineasta Miguel Littin está postulando a fondos para dirigir una película sobre el poeta.
Patricia Tagle recuerda, emocionada, el Festival Pablo de Rokha -encuentro de rock y poesía en Talca-, al que fue invitada a leer el año pasado. "Había una efervescencia enorme. Pura gente de 15 a 17 años. Me impresionó. Todos eran rokhianos, me iban a saludar y querían tomarse una cerveza conmigo. Pablo de Rokha está más vigente que nunca. Ha cobrado un peso increíble. Han sido 13 años de trabajo duro, en condiciones de repente muy difíciles, pero no hemos cejado en darlo a conocer. Todo el tiempo están sucediendo cosas".
Los empeños están puestos ahora en conseguir financiamiento para el Proyecto Archivo de Rokha, que busca restaurar, clasificar y digitalizar material inédito, originales, cartas e imágenes de esta familia de artistas y poetas. "Es un proyecto importante, dado que desarrollará las condiciones necesarias para poder acceder a material que hasta el momento no se encuentra disponible para investigadores, académicos y público general", dice Patricia Tagle.
Nuevas ediciones de sus libros
A medio siglo de su partida, la atracción que despierta el poeta entre las nuevas generaciones de lectores queda de manifiesto en las numerosas reediciones de sus libros llevadas a cabo, en las últimas décadas, por Das Kapital ( Idioma del mundo , Pablo de Rokha y la revista Multitud ), Cuneta (Sátira ), Alquimia ( Poéticas del paisaje ), Quimantú ( Morfología del espanto , Estilo de masas ) y Manifiesto. Este último sello, perteneciente a la Fundación De Rokha, publicó Satanás , Acero de invierno y El amigo piedra .
"Para cada nueva generación, Pablo de Rokha forma parte de las lecturas iniciáticas. Uno puede predecir quiénes seguirán siendo poetas de acuerdo al grado de pasión por Pablo de Rokha", dice Adán Méndez, director de Ediciones Tácitas.
Su sello ha publicado Antología rokhiana (2017), edición crítica de Miguel Naranjo que recoge todas las variantes en las distintas publicaciones hechas en vida del autor. De Rokha había dejado esta antología preparada antes de suicidarse. Nascimento le cambió el título por Mis grandes poemas . En 2007, Tácitas recuperó los principales textos antinerudianos de Pablo de Rokha en los volúmenes Neruda y yo y Tercetos dantescos . Ambos se agotaron y, en 2016, fueron reunidos en uno solo.
Para los próximos meses, Tácitas anuncia nuevos títulos. El primero es Poemas rimados o asonantados (1916-1958) , antología hecha por Filebo en los años 60. "A diferencia de otros vanguardistas, De Rokha era tan excepcional como excelente en este tipo de composiciones de métrica tradicional", observa Adán Méndez. "Se puede apreciar en ellas que rompió los moldes desde dentro. El propio Parra ha señalado muchas veces que estas composiciones son un antecedente importante, y poco estudiado, de la antipoesía".
Una novedad absoluta será Vanguardia y revolución en Pablo de Rokha , detallado estudio de la vida y poesía del poeta, escrito por el académico puertorriqueño José Miguel Curet.
Editorial Multitud, por su parte, tiene el proyecto de republicar los poemarios Satanás , Jesucristo y Moisés . "La importancia de esta 'trilogía' es central para comprender el desarrollo poético de Pablo de Rokha entre los años 1927 y 1939. Por otra parte, nos permiten presentar al público lector una nueva faceta del poeta. En ellos, el Amigo Piedra nos da a conocer cómo reinterpreta los preceptos religiosos y los articula dentro de su propia cosmovisión", afirma Matías Sotomayor, responsable del proyecto junto a Patricia Tagle. En coedición con Laika, Multitud también reeditará Sátira (1918), temprano libro expresionista que el poeta no quiso recoger en su canónica Antología 1916-1953 . El texto sigue la edición facsimilar publicada por René de Costa, pero añade un nuevo prólogo del investigador Ignacio Reichhardt.
La Biblioteca Nacional -que dedicó un dosier a Pablo de Rokha en el último número de su revista Mapocho- prepara una nueva edición del libro autobiográfico El amigo piedra , con el prólogo original de Naín Nómez. Finalmente, para comienzos del próximo año se anuncia una antología que publicará Lumen.
Traducciones y su impronta en escritores chilenos
Uno de los primeros viajes a otro idioma de Pablo de Rokha fue a través de la antología Doce poetas hispanoamericanos , de H. R. Hays, editada por la Universidad de Yale en 1943. El visionario especialista lo incluyó junto a nombres como Pablo Neruda, César Vallejo y Jorge Luis Borges. Es posible que en esa selección haya descubierto a De Rokha el poeta Allen Ginsberg. El autor de Aullido llegó a Chile en 1960, decidido a conocerlo personalmente. Se encontraron en el Hotel Bristol (frente a la Estación Mapocho), lugar que la Fundación De Rokha anhela convertir algún día en el Centro Cultural Pablo de Rokha.
La primera antología bilingüe (castellano-inglés) dedicada íntegramente al poeta chileno se acaba de publicar. La hizo el escritor puertorriqueño Urayoán Noel (1976), académico de New York University. La tituló Architecture of Dispersed Life. Selected Poems y la publicó este mes la editorial inglesa Shearsman Books.
Y vienen más traducciones en camino. Como parte de un proyecto de la Dirección de Asuntos Culturales (Dirac) -del Ministerio de Relaciones Exteriores-, la Biblioteca Rudomino, de Rusia, solicitó a la Fundación De Rokha una selección de poemas. Trasladarlos al ruso no ha sido una tarea fácil, pero la antología se publicará finalmente el próximo año. En Alemania, por su parte, Reiner Kornberger -traductor de Gonzalo Rojas- también se encuentra trabajando con la obra de Pablo de Rokha.
Pocos detalles se conocen del viaje que Pablo de Rokha hizo a China en 1964. El chileno José Miguel Vidal, doctor en Historia e investigador de la East China Normal University, de Shanghái, ha sido invitado por la Academia de Ciencias Sociales de esa ciudad para llevar a cabo una investigación sobre la vida de Pablo de Rokha y su obra en el país asiático. "Espero realizar algunas traducciones de sus poemas publicados en chino y recabar información sobre su visita en archivos y periódicos en China", explicó Vidal durante su reciente viaje a Chile, donde pudo, al fin, conseguir una fotocopia del original mecanografiado del libro inédito China Roja , que le proporcionó Naín Nómez.
Poeta y académico de la Universidad de Santiago, Nómez es uno de los mayores expertos en la obra de Pablo de Rokha. Aparte de su precursor ensayo biográfico Pablo de Rokha: una escritura en movimiento (1988), ha sido el encargado de reeditar, en Lom, libros tan valiosos como Los gemidos , U y las Obras inéditas del poeta. En sus escritos, Nómez insiste en la marginalidad a la que el autor fue relegado por gran parte de la crítica y poetas que alcanzaron un lugar en el canon mucho más prominente.
¿No piensa que ya ha terminado esa marginalidad? "A medias", responde Nómez. "Por sus mismas características, yo creo que Pablo de Rokha nunca va a dejar de ser marginal. Porque es una poesía farragosa, difícil, larga y porque hay gente que no lo quiere, porque rompía con todo, se hacía de muchos enemigos siempre y sus pocos amigos eran muy leales, pero también marginados como él. Además, discrepo: no hay demasiados libros sobre De Rokha para la importancia que tiene".
Obras como Escritura de Raimundo Contreras (1929) muestran a un personaje que es el "paradigma nacional de una masculinidad machista", ha reconocido Nómez. "A uno le puede gustar mucho De Rokha, pero era patriarcal, machista, incluso con su esposa. Winétt era la musa, la esposa y la madre. Tenía un papel muy pasivo para el poeta, con todo lo que la quería. Pero cuando uno la lee con más atención, como lo han hecho las escritoras ahora, se da cuenta de que era una tremenda poeta", admite.
Por este motivo, posiblemente, son pocas las autoras que han reivindicado la poesía de Pablo de Rokha. Una excepción ha sido Elvira Hernández. "No es la forma, sino ciertos tonos, sensibilidades y, a veces, algunos contenidos, porque ella trabaja de manera más sintética", explica Nómez.
En la lista de escritores que, a juicio del investigador, han recibido influencias del poeta figuran desde contemporáneos suyos tan olvidados como Guillermo Quiñones, Pedro Plonka y Gerardo Seguel, hasta autores más conocidos, como Alfonso Alcalde, Carlos Droguett, Manuel Rojas y Carlos de Rokha. Entre los actuales, menciona a Raúl Zurita ("uno de los que más se relaciona"), José Ángel Cuevas, José María Memet, Fabio Salas y la llamada Escuela de Santiago, a la que pertenecen Jorge Etcheverry y el propio Nómez, como se puede apreciar en su antología Historias del reino vigilado , que acaba de reeditar Lom.
"De los más nuevos, Héctor Hernández, que tiene esa cosa desbordada, un poco retórica y exagerada", añade Nómez. Ya en su primer libro, No! (2001), Hernández utiliza una cita de Pablo de Rokha como epígrafe: "Hacer arte es hacer lenguaje". Consultado hoy, el autor nacido en 1979 dice que sigue siendo la mejor definición de su poética.
"Pablo de Rokha es el resumen de la poesía chilena", afirma Héctor Hernández. "En la totalidad de su obra estamos todas las escrituras que vinimos después. Uno puede leer ahí perfectamente a Nicanor Parra, a Zurita o a cualquiera de nosotros. Eso fue lo primero que vi en él, que el tiempo cabe en un libro, tal como hizo, quien creo es su hermano gemelo, Juan Luis Martínez. Una obra como esa es el intento más desesperado de que las voces se callen, por eso había que escucharlas todas y escribirlas. Eso aprendí de Pablo de Rokha, que un libro de 500 páginas no es más que el resumen de uno de 5 mil y esas 5 mil podrían ser infinitas porque el asunto es: o desaparecen esas voces en la escritura o desaparece uno de un tiro en la cabeza. No hay otra posibilidad".
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