jueves, septiembre 27, 2018

Vicente Bianchi fue despedido con homenajes y una "misa a la chilena"

El Mercurio

El Premio Nacional de Artes Musicales tuvo un emotivo adiós en la Catedral de Santiago, con la participación del Bafona y la cantante lírica Verónica Villarroel. En la SCD lo recordaron Los Huasos de Algarrobal. 

José Vásquez y Javiera Garay
La despedida tuvo el escenario que el mismo Vicente Bianchi había diseñado, cuando en la década del 60 se planteó la idea de darle un revestimiento nacional al rito eclesiástico, con su denominada "misa a la chilena".

Ayer en la Catedral de Santiago todo giró en torno a este concepto acuñado por el pianista, tardíamente Premio Nacional de Artes Musicales en 2016, cuando entonces ya tenía 96 años. Ahí, el Ballet Folclórico Nacional (Bafona), luciendo trajes de huaso, bailó al son de "De la vida a la luz", un tema compuesto por Alejandro Bianchi, hijo del músico.

La emotiva ceremonia contó con el coro "Vicente Bianchi", dirigido por Alejandro e integrado por 80 artistas, la Orquesta de Cámara de Chile y la participación de Verónica Villarroel, quien interpretó el popular "Poema 15" de Pablo Neruda, que el mismo Bianchi había musicalizado como una de las piezas en las que trabajó con el ganador del Nobel; y "Amanecer", escrita por el pianista.

Al mediodía, el féretro con los restos del compositor y arreglista abandonó la Sala Claudio Arrau del Teatro Municipal, donde fue velado, para ser trasladado hasta la sede de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD) donde recibió el homenaje de sus pares.

Los Huasos de Algarrobal realizaron una sentida versión de "Romance de los Carrera", en una interpretación que fue seguida por un centenar de personas portando banderas chilenas, entre ellos varios músicos como el director de orquesta Horacio Saavedra, el baterista Patricio Salazar, las cantantes Isabel Parra y Cecilia Echeñique, el compositor Alejandro Guarello y parte de la directiva de la SCD: Horacio Salinas, director musical de Inti-Illimani Histórico y actual presidente, y Rodrigo Osorio, vocalista de Sinergia, segundo vicepresidente.

"Él era uno de los músicos que todos reconocíamos como maestro", señaló Salinas, mientras que Osorio recordó que Bianchi fue el socio número tres de la institución: "Fue uno de los forjadores de esta idea". Y agregó: "Él representa una lección, con su eterna disposición a trabajar, ya que con sus 98 años seguía componiendo de forma incansable".

Esta sorprendente lucidez fue destacada por Guarello, quien dijo que el maestro estaba "muy joven interiormente a pesar de su avanzada edad. Su cabeza estaba fantástica, en plena producción", por lo que apuntó a que ahora venía la tarea de rescatar ese trabajo de partituras. "Así como el Ministerio de las Culturas muchas veces aborda los bienes arquitectónicos físicos, también se debería ocupar del patrimonio de don Vicente, que es una obra tremenda y que ojalá se conservara por siempre".

Tras la misa, su familia llevó los restos de Vicente Bianchi hasta el Mausoleo Italiano del Cementerio General para una ceremonia más íntima. Antes, en el camino y como las grandes personalidades del país, las floristas de la "pérgola" lo despidieron con pétalos de rosas al viento.

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