El Mercurio
José Vásquez
Lo de Joshua Tillman, el hombre tras la soberbia chapa artística de Father John Misty, fue el debut en Chile de un tipo encaminado a ser uno de los mejores cantautores de su generación. El estadounidense ofreció una prueba en vivo de la excelente crítica internacional, para una discografía y una entrega en el escenario apabullante, incluso en sus momentos más calmos.
Vestido de traje blanco y lentes polarizados, por momentos lucía como una versión burlonamente hipster , estilo Miami de un Jeff Lynne, el cerebro de ELO. Guitarra acústica al frente, bailaba con la vibra de temas como "Chateau lobby #4 (in C for two virgins)", taconeando un folk o, ya más desenvuelto, sacudiendo el pedestal del micrófono cuando subía la intensidad rock de "The ideal husband", con la que se despidió de manera arrolladora.
Acompañado de seis músicos, el protagonismo siempre fue total para Tillman y una interpretación, por momentos religiosa, como fue su educación familiar y que ahora lo tienen como un ministro sarcástico al frente de homilías musicales que alcanzan momentos brillantes en temas como "Pure comedy", uno de los puntos más altos de un debut en el país demasiado necesario.
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