domingo, septiembre 23, 2018

En Librerías La vida privada del ex Beatle: El libro final de Paul McCartney



El Mercurio

El escritor, guionista y periodista inglés Philip Norman es un hombre que vivió la era de The Beatles mano a mano con los protagonistas. Ha sido el autor de aclamadas y también vilipendiadas biografías de las estrellas de rock . Aquí cierra un ciclo que se inició en 1965, en un continuo ir y venir con el músico y mayor protector de ese patrimonio histórico. 

IÑIGO DÍAZ

"Creo que aún no estamos preparados para cuando Paul McCartney ya no esté con nosotros", escribió en su comentario un usuario de redes sociales el día en que alguien más se apresuró a colgar en Facebook el video con los 23 minutos de "Carpool Karaoke".

Se trata de ese momento fabuloso al interior de un automóvil conducido por la vía izquierda donde el comediante y presentador inglés de televisión James Corden entabla conversaciones de tú a tú junto a figuras de la música pop, bromea y canta con ellos. La edición de junio pasado, donde de sorpresa subió al vehículo como copiloto Paul McCartney, "dejó al mundo sin palabras", tal cual escribió el diario El País.

Nadie en su minuto estuvo preparado tampoco para el día en que un fanático baleara a John Lennon. Paul McCartney menos aún. "Me di cuenta con solo mirarlo de que algo iba absolutamente mal", le dijo Linda McCartney al escritor y periodista Philip Norman acerca de su impresión la mañana del 9 de octubre de 1980, cuando se encontró cara a cara con Paul. Le acababan de telefonear desde Nueva York con la noticia.

Desde la vereda del enemigo, Norman ha vuelto a ser un centro de atención en el mundo de la música global, debido a la reciente publicación de su última obra. Es la biografía de Paul McCartney, titulada genéricamente "Paul McCartney. La biografía" (Malpaso / Océano, $28.000), el libro que le faltaba por escribir.

Son ochocientas páginas sobre el músico, sus bandas, sus mujeres, sus amigos, sus acontecimientos, su muerte ficticia, en fin, su buena vida como astro del pop, que van desde sus años en la casa de Forthlin Road, en Liverpool, hasta Cavendish Avenue, su sobria mansión victoriana en Londres, a minutos a pie de los estudios Abbey Road. Páginas nuevas para lo que el mismo Norman opina es toda una locura, pues estima que sobre Paul se han escrito unas "miles de millones de palabras".

Página cero

De ahí las interrogantes que el propio Norman se plantea como autor en este libro que viene a redondear sus publicaciones biográficas sobre las estrellas del rock clásico. Su primer trabajo fue una investigación que comenzó a realizar cuando Lennon aún estaba vivo, y que lanzó en 1981: "Shout! La verdadera historia de The Beatles". Más adelante siguió con libros sobre los Rolling Stones (1984), Elton John (1991), John Lennon (2008) y Mick Jagger (2012).

¿Es posible escribir algo más sobre un ex Beatle o sobre The Beatles? "La página sigue estando, aunque resulte extraño, en blanco", escribe Norman como reflexión más sobre la naturaleza humana que sobre la naturaleza de McCartney. "La supuestamente más abierta y accesible de todas las megacelebridades es, en realidad, una de las más esquivas. Desde su aparente normalidad y su actitud de hombre común y corriente, (Paul) ha construido murallas de privacidad que solo rivalizan con las de Bob Dylan", vuelve a sorprender.

Lo que sí defiende Norman con fuerza es, en efecto, la existencia de material novedoso en "Paul McCartney. La biografía", un hecho que solo él como investigador y autor -y ni siquiera el músico- podría corroborar. "(Hacer el libro) exige un esfuerzo muy grande, porque todo el mundo cree saber todo sobre ellos. Todos se creen expertos en detalles (...). Estos fans y expertos más intensos son los más peligrosos: no les gusta que alguien diga o escriba algo que ellos desconocen", diría Norman en una entrevista con el diario digital argentino Infobae.

Día único en la vida

Norman rebobina la cinta de su historia hasta llegar a diciembre del año 1965, cuando The Beatles eran ya absolutos dominadores del planeta, con la Beatlemanía a plena marcha, con dos películas facturando millones de libras, pero también con una tensión sobre los jóvenes liverpulianos ejercida en su máximo grado. Acababan de lanzar el disco "Rubber Soul", el álbum de la transición, Lennon estaba escribiendo cosas como "Nowhere Man" y McCartney, "Drive My Car", canciones llenas de subtextos. En ese panorama arribaron a la ciudad de Newcastle, para dar uno de los conciertos de la que iba a ser su última gira por el Reino Unido.

Philip Norman era entonces un reportero de 22 años, que trabajaba para el periódico "Northern Echo". El día en que The Beatles tocarían allí, otro editor despistado le dijo: "anda y trata de hablar con ellos".

"Emprendí la misión sin ninguna esperanza: ¿Qué novedad podía añadir yo desde mi limitado punto de vista?", recuerda Norman que pensó: era la misma pregunta que se hizo frente al desafío de escribir este libro. Junto con otros reporteros, logró sobrepasar la única medida de seguridad que había entonces, un portero anciano, y de un minuto a otro se vio a sí mismo dentro del camerino de The Beatles.

George Harrison no le prestó atención, pues miraba un episodio de "Los Vengadores" en la televisión. Ringo Starr contestó algunas de sus preguntas y luego se le unió John Lennon a la conversación. Todos ya vestían sus atuendos negros de cuello alto, jerséis que luego se denominaron en Chile "beatles". Estaban casi listos para salir a escena, dado que el griterío de las adolescentes estaba aumentando y traspasaba los muros. Paul McCartney, con nítida ansiedad, recorría el espacio de un lugar a otro sin detenerse.

"En un sofá cercano estaba el bajo Höfner modelo violín, cuya silueta de mástil largo, como si fuera un Stradivarius, se había convertido en su marca registrada particular. Le pregunté si aquel bajo pesaba mucho para usarlo en el escenario. 'No, es liviano. Toma, pruébalo'", escribe Norman. Paul se lo lanzó por los aires y Norman tuvo que atraparlo con una maniobra.

"Durante unos momentos me encontré pasando los dedos por los mismos trastes por los que lo hacía Paul McCartney y pulsando las mismas cuerdas de acero enrollado. Pregunté si los bajos en forma de violín eran más caros que los normales. 'Solo 52 guineas. Soy un tacaño', respondió", agrega Norman, quien tras obtener autógrafos de los cuatro Beatles para regalar a su hermana menor, nunca más en todo el siglo volvió a cruzarse con Paul.

Escrita a lo largo de tres años y con un enfoque decididamente narrativo, la biografía describe no solo lo que ya se conoce, lo que se ha dicho y redicho en esas miles de millones de palabras, sino que contextualiza la vida de McCartney dentro de una particular cultura británica, de la que igualmente se sabe muy poco en su esencia. "Es un libro inglés, quería mostrar al mundo esta idiosincrasia", diría Norman más sobre Liverpool que sobre Londres.

Aunque echó mano a las conversaciones que entabló desde 1969 con muchos primeros protagonistas de la órbita Beatle, Norman se basa aquí en decenas de nuevas entrevistas que aportaron antecedentes desconocidos. Once expertos, incluido Barry Miles, el autor de la biografía autorizada "Hace muchos años" (1997), revisaron el texto. "En primer lugar, quiero expresar mi agradecimiento a sir Paul McCartney por permitirme escribir esta biografía sin intentar ejercer ningún control editorial sobre el resultado", escribe Philip Norman.

Estación terminal

Las fricciones entre ellos venían desde mucho antes, desde que Paul llamó "Shit!" (mierda) el libro de Norman titulado "Shout!" (¡Grita!). Allí, el autor había descrito a Lennon como las tres cuartas partes de The Beatles y a McCartney prácticamente como un complemento o menos que eso incluso. En esta biografía, Norman se separa del tiempo para balancear los hechos y hacer uso del derecho humano a cambiar de opinión. "Paul McCartney es el personaje principal en The Beatles", dice ahora. No se trata de complacencia: hasta el día de hoy no sabe si Paul ha leído el libro.

El último contacto que tuvieron el ex Beatle y el escritor Philip Norman fue a finales de 2012, cuando le envió un e-mail a Stuart Bell, su agente de prensa, donde le notificaba que pretendía escribir un libro sobre Paul que pudiera completar la serie que tenía como capítulo previo la biografía de John, de diez años atrás. Norman pensaba que si McCartney aún estaba enfadado, al menos que diera su beneplácito sobre esa investigación.

"(Me dijeron que) la respuesta podría tardar un poco de tiempo, puesto que McCartney estaba de gira por América", dijo Norman. Un par de semanas después le llegaría un e-mail : "Querido Philip: gracias por tu mensaje. Con gusto te doy mi aprobación tácita y tal vez Stuart Bell pueda ayudarte. Cordialmente, Paul". Philip Norman, que estuvo en 1965 con The Beatles en un camerino, justo antes de salir a tocar, dimensiona: "Fue la mayor sorpresa de mi carrera".

No hay comentarios.: