MARIO VALLE
Por cuarto año consecutivo se realiza el espectáculo "Si vas para Chile", que incluye una muestra de lo mejor de la música tradicional del país, justo en los días previos a Fiestas Patrias.
Se trata de una creación de Benjamín Mackenna, el emblemático miembro de Los Huasos Quincheros, quien hace unos meses dejó el grupo, y que está a cargo de la dirección artística de este show. La producción general es del Teatro Municipal de Las Condes, que lo ha cobijado en todas sus ediciones.
Esta vez se renovó por completo el elenco de los artistas que lo integran, salvo las coreografías del Bafochi y la dirección orquestal de Horacio Saavedra.
Hay presencia de conocidas composiciones de autores como Luis Bahamondes, Francisco Flores del Campo, Jorge Yáñez, Violeta Parra, Jaime Atria, Patricio Manns, Sergio Sauvalle y Chito Faró.
La puesta en escena de este año adquirió un mayor ritmo, ya que los payadores -que han tenido presencia en las otras ediciones- esta vez en su particular estilo hacen las presentaciones introductorias de los intérpretes y conjuntos que participan. Alfonso Rubio y Manuel Sánchez resultan acertados y pícaros en sus intervenciones.
Tito Fernández, El Temucano, muy bien secundado por su hijo Marco Antonio, incluye algunas de sus nuevas creaciones como sus ya clásicos "Me gusta el vino" y "La casa nueva". Mantiene en perfecto estado su registro vocal.
Los Huasos de Algarrobal hacen un recorrido por lo mejor de su repertorio, donde destacan "Mi caballo", "La consentida" y "El gorro de lana".
Andrea Tessa, en tanto, demuestra que su calidad interpretativa no está solo circunscrita a las baladas o al jazz. Hace muy buenas versiones de "La jardinera", "Noche callada" y, de su repertorio, "Como pez en el agua" de Jaime Atria hijo.
Los Cuatro Cuartos, con algunos nuevos integrantes, conservan su sello con sus espléndidas armonías. Sus interpretaciones de "Que bonita va", "El corralero" y "La joya del Pacífico" son seguidas con cantos y palmas.
Todos estos intérpretes reciben cálidos aplausos y un público -muy participativo- los hace volver al escenario para otras canciones.
Mientras, el Bafochi presenta lucidas coreografías de Rapa Nui y de la zona norte, destacando además su vestuario.
La escenografía deja algo que desear. Resulta ambigua, aunque es práctica al permitir los desplazamientos coreográficos y una rápida instalación de los apoyos para los distintos solistas y grupos.
Quizás para otras ediciones sería bueno incorporar otras manifestaciones musicales chilenas, como los exponentes de la cueca brava.
Este espectáculo, que se extiende hasta mañana, agotó rápidamente las entradas para sus siete funciones. Comprueba que hay un grupo de espectadores con hambre de esta música y que sería aconsejable tratar de llevarlo a regiones y, por qué no, a otros países. Una exportación no tradicional.
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