sábado, septiembre 01, 2018

Paul McCartney, el artesano del pop cumple 25 (discos)

El Mercurio

La próxima semana se lanzará "Egypt Station", el 25º proyecto pop de estudio posterior a The Beatles de su integrante más prolífico. Una ocasión inmejorable para repasar la evolución, los experimentos y las joyas musicales de un compositor que, a los 76 años, sigue deslumbrando. 

Manuel Fernández Bolvarán

 1. "McCartney" (1970)
El disco de la ruptura. Su presentación a la prensa fue acompañada con un comunicado en que McCartney revelaba algo que en la práctica ya se había consumado: el fin de The Beatles. Es su disco más íntimo y refleja a un hombre que, con apenas 27 años, ya había alcanzado la gloria musical y ahora debía reconstruirse. Toca todos los instrumentos y en sus letras se confiesa vulnerable: "Solía ir cantando canciones que creía que eran mías". Pero las melodías hacen que suene amable en esta crisis.

Clásico: "Maybe I'm amazed".
Joyas: "Every night" y "Junk".

2. "Ram" (1971)
Aquí despacha doce de sus melodías más extraordinarias. Es el único proyecto que firman "Paul y Linda McCartney" y ella gana protagonismo, particularmente en su labor de acompañar la voz de su marido. "Macca" vuelve a sonar en forma, seguro de sí mismo: "No podemos estar equivocados", canta al cierre.

Clásico: "Uncle Albert/Admiral Halsey".
Joyas: "Smile away", "Long haired lady" y "The back seat of my car".

3. "Wild Life" (1971)
Paul tomó algunas canciones que había escrito para su proyecto anterior y formó una nueva banda, Wings. Grabado principalmente en vivo, en pocos días, tiene un sonido más rústico que "Ram". McCartney busca hallar un sonido y lleva al extremo su don para la melodía: abre con "Mumbo" y "Bip bop", donde "canta" solo haciendo ruidos. Quizás era una respuesta ácida a John Lennon, quien lo acababa de atacar a quemarropa en "How do you sleep?", incluida en su disco Imagine. Ahí se burlaba de Macca afirmando que después de "Yesterday" no había hecho nada valioso musicalmente. En "Dear friend", McCartney le respondería con una pregunta: "¿Tienes miedo? ¿O es verdad?".

Clásico: "Some people never know".
Joyas: "Wild life" y "Dear friend".


4. "Red Rose Speedway" (1973)
Wings pule su sonido en este álbum de mayo de 1973, posiblemente el año más exitoso de su carrera post Beatles. Está lleno de canciones memorables tanto delicadas como rockeras, en especial "Big barn bed", "My love", y el medley que cierra el disco. Una joya que se sigue disfrutando de principio a fin.

Clásico: "My love".
Joyas: "Little lamb dragonfly" y "Get on the right thing".

5. "Band on the Run" (1973)
Hasta sus mayores críticos debieron reconocer que Wings había logrado algo grande en diciembre de 1973. Su grabación estuvo plagada de incidentes, provocados en buena parte por la decisión de "fugarse" a realizarla en la convulsionada capital nigeriana, Lagos. Lo que se escucha en sus nueve temas es una banda en ebullición creativa; al menos cuatro de esas canciones se convirtieron en infaltables hasta hoy en sus shows en vivo.

Clásicos: "Band on the run", "Jet" y "Let me roll it".
Joyas: Todo el resto, particularmente "Mrs. Vandebilt", "No words" y "Nineteen hundred and eighty five".

6. "Venus and Mars" (1975)
Se suele considerar a este disco como la secuela de "Band on the run", aunque son muy diferentes. En estricto sentido, este álbum bebe más del hit "Live and let die" que de su antecesor. Aquí lo que se escucha es una banda pensando en sus presentaciones en vivo y en levantar al público de arenas y estadios, recintos en los cuales Wings comenzaba a ser anfitrión. Los ejemplos más claros son la dupla "Venus and Mars" y "Rock show".

Clásicos: "Letting go" y "Listen to what the man said".
Joyas: "Venus and Mars", "Rock show", "Call me back again", "Treat her gently/Lonely old people".

7. "Wings at the Speed of Sound" (1976)
Es el álbum de Wings que más parece el trabajo de una banda. De las once canciones, cinco son interpretadas por los demás miembros, pero el que factura los clásicos vuelve a ser McCartney. La crítica no tuvo demasiados elogios, pero volvió a arrasar en las tiendas. Tiene momentos memorables, como cuando el ex beatle desgarra su garganta en "Beware my love" como no lo hacía desde los alaridos finales en "Hey Jude". Pero el centro del disco es "Silly love songs", una auténtica declaración de principios de "Macca" ante los críticos de su estilo: "Crees que la gente ya tuvo suficiente de tontas canciones de amor, pero miro a mi alrededor y veo que no es así; hay quienes quieren llenar el mundo de tontas canciones de amor, ¿y cuál es el problema con eso?".

Clásicos: "Silly love songs" y "Let 'em in".
Joyas: "Beware my love".

8. "London Town" (1977)
Londres ardía en 1977 ante el ascenso del punk y la rebelión, pero Wings veía las cosas desde otra perspectiva. Pese a que la banda se estaba reduciendo a solo tres integrantes estables (McCartney, su esposa y el guitarrista Denny Laine), la mirada del presente era calmada. Así se ve en el retrato de la capital británica que pintaba en "London town", con una letra que perfectamente podría haber escrito Damon Albarn para Blur en 1994. El disco es excelente, con una marcada preferencia por el soft rock setentero ("Girlfriend"), las canciones acústicas con influencia country ("Children children" y "Deliver your children"), algunos momentos más acelerados ("I've had enough") y otros más experimentales, como en "Don't let it bring you down", una especia de anticipo del hit "Mull of Kintyre". Uno de los momentos más subvalorados de su carrera.

Clásico: "With a little luck".
Joyas: "London town", "I've had enough" y "Morse moose and the grey goose".

9. "Back to the Egg" (1979)
Wings sube el volumen en su último disco, desfavorablemente recibido por la crítica, quizás más que lo merecido. La banda se aleja de la tranquilidad de "London town" y explora derroteros más rockeros. Incluye "Rockestra theme", un corte en el que "Macca" demuestra su poder de convocatoria: reune en un mismo estudio a integrantes de The Beatles, Pink Floyd, The Who y Led Zeppelin. El disco tiene momentos notables y otros más débiles, pero mantiene una propuesta sonora consistente a lo largo de sus 14 temas. Sin embargo, no fue suficiente para convencer a McCartney de seguir adelante con el proyecto.

Clásico: "Getting closer".
Joya: "Old Siam, sir".

10. "McCartney II" (1980)
Fue el fin de facto de Wings. Tras su bullada detención de nueve días en Japón por posesión de marihuana, McCartney se recluyó en su granja de Escocia y, al igual que en el epílogo de The Beatles, emergió con material grabado en forma casera, el que sería el inicio de su etapa solista. Si en 1970 recurrió a las guitarras acústicas como refugio, diez años después abrazaba los sintetizadores. Es un disco irregular, pero tiene momentos extraordinarios, como la balada "Waterfalls" y la bailable "Coming up", otros de experimentación ("Bogey music") y otros cautivantemente bizarros ("Temporary secretary").

Clásico: "Coming up".
Joyas: "Temporary secretary", "Waterfalls" y "One of these days".

11. "Tug of War" (1982)
McCartney se alió con George Martin, el "quinto Beatle", para otra de sus cumbres. Los arreglos perfectos y las melodías pegajosas vuelven a aflorar en un triunfo musical y emocional. Fue el primer disco tras el asesinato de Lennon y "Macca" lo tributa en la conmovedora "Here today", donde imagina un diálogo con él donde reconoce que eran "mundos diferentes", pero que, al final, "siempre podíamos cantar": "Recuerdo cómo fue antes y no puedo contener las lágrimas".

Clásicos: "Ebony and ivory" y "Take it away".
Joyas: "Tug of war", "Here today" y "Wanderlust".

12. "Pipes of Peace" (1983)
Un disco construido para capitalizar el éxito comercial de Tug of war, objetivo que cumplió, pero que no causó el mismo impacto en la crítica. Lo más interesante de la placa son los dos duetos con Michael Jackson, quien comenzaba a convertirse en un fenómeno con "Thriller". "Say say say" y "The man", los dos temas que cantan juntos, muestran que la mezcla funcionaba a la perfección, incluso en videoclip.

Clásico: "Say say say".
Joyas: "Pipes of peace", "Keep undercover" y "So bad".

13. "Give My Regards to Broad Street" (1984)
Paul McCartney llevaba 22 años de alto ritmo creativo cuando la llama de la inspiración empezó a perder fuerza y este disco fue el primer signo. Compuesto básicamente de versiones "modernas" de algunas de sus composiciones de The Beatles, Wings y como solista, constituyó la banda sonora de un extraño proyecto cinematográfico que naufragó sin pena ni gloria. Pero ahí está uno de sus sencillos más notables: la balada "No more lonely nights", junto a la guitarra de David Gilmour.

Clásico: "No more lonely nights".
Joya: "Not such a bad boy".

14. "Press to Play" (1986)
El momento más bajo de la carrera de Paul McCartney, tanto en lo comercial como en lo musical. El sonido cae en lo genérico y los coros memorables están casi ausentes. Dicho eso, es aún un disco de "Macca" y un par de temas se salvan del naufragio: "Stranglehold" y"Only love remains", una balada que merecía estar en un mejor disco.

Clásicos: Ninguno, realmente.
Joya: "Only love remains".

15. "CHOBA-B-CCCP" (1988)
Una pausa saludable. "Macca" mira hacia atrás, se conecta con los sonidos que estuvieron en la génesis de The Beatles y lanza un disco de covers de viejos clásicos del rock'n roll. Es el retorno al origen. El resultado es un álbum con un título en cirílico que quería decir "Back in the USSR", como el clásico del Álbum Blanco de los fab four de 1968, y que, plagado del cancionero estadounidense, se vendería originalmente solo en la Unión Soviética.

Clásicos: Ninguno.
Joyas: "Lucille" y "Crackin' up".

16. "Flowers in the Dirt" (1989)
La musa retorna y el bajista inaugura en este disco una etapa triunfal en su carrera, que se prolongaría por las siguientes ¡tres décadas! El disco contiene colaboraciones con Elvis Costello (con quien compuso cuatro de los doce cortes) y, nuevamente, con David Gilmour, quien aporta su guitarra en "We got married". Este disco es una mezcla de momentos pensados para reproducir en un estadio como "My brave face" y "Figure of eight", así como también instantes más reposados con raíces beatlescas.

Clásicos: "My brave face" y "This one".
Joyas: "Distractions", "Put it there" y "You want her too".

17. "Off the Ground" (1993)
Subvalorado, en este disco (el mismo que lo trajo a Chile por primera vez) McCartney se pliega a las preocupaciones medioambientales y animalistas de Linda McCartney y les da forma de irresistibles canciones de pop con guitarras. Un álbum entretenido, de cuidada producción, pese a ser grabado en vivo en el estudio. Conceptualmente, es su disco más "social", y en lo sonoro, "Macca" muestra convicción y hasta coquetea con una voz más grave, como es evidente en el hit "Hope of deliverance".

Clásico: "Hope of deliverance"
Joyas: "Looking for changes" y "I owe it all to you".

18. "Flaming Pie" (1995)
Paul McCartney concibió este álbum mientras trabajaba en el proyecto "Anthology" de The Beatles. Ese trabajo de revisar las antiguas canciones de la banda le mostró el alto estándar que tenían para aprobar las canciones que incluían en sus álbumes. El resultado es un disco de gran factura, en que se nota la autoexigencia y con un claro toque melancólico. Pero también invita a "mirar al futuro" y el mundo en "The world tonight" y a ser optimista en "Beautiful night" y "Great day". Un disco consistente y redondo. Otro clásico.

Clásico: "Young boy"
Joyas: "Somedays", "Calico skies" y "Great day".

19. "Run Devil Run" (1997)
Quince canciones, de las cuales 13 eran clásicos rocanroleros de los años 50, a alta velocidad y con un McCartney que grita como en los 60, fue la forma en que el músico buscó salir del duelo tras el muerte de Linda a causa del cáncer en el año previo. David Gilmour lo acompaña en esta aventura.

Clásico: "Run devil run"
Joyas: "Try not to cry".

20. "Driving Rain" (2001)
Una joya que suele pasar inadvertida en el catálogo de McCartney, a la sombra de lo que sería su siguiente álbum, pero que es donde cimentaría los derroteros de su carrera en el siglo XXI. Su vida personal parecía volver a enrielarse con su polémico matrimonio con Heather Mills (a quien dedica el tema "Heather"), pero Macca no sonaba contento. Experimenta, toma riesgos, pero hay un tono otoñal de principio a fin.

Clásico: "Freedom".
Joyas: "From a lover to a friend" y "Driving rain".


21. "Chaos and Creation in the Backyard" (2005)
Aclamada por la crítica y las ventas como su gran obra maestra de la última fase de su carrera. Nació de la colaboración tensa pero inspiradora con Nigel Godrich, el productor que pulió el complejo sonido de Radiohead. Y, en efecto, el sonido y las composiciones arman un caleidoscopio que suena actual y nostálgico a la vez. Para un músico creativo y que busca empujar sus límites, parece un sueño y Godrich fue el adecuado canal para canalizarlo en el estudio. Trece cortes de lo mejor de su carrera, que le dieron a esta una nueva perspectiva, aunque injustamente obviados en sus actuaciones en vivo.

Clásicos: "Fine line" y "Jenny Wren".
Joyas: "Too much rain", "Riding to Vanity Fair" y "This never happened before".

22. "Memory Almost Full" (2007)
Otro éxito de crítica y comercial. "Macca" deja de lado el detallismo en la producción, acelera el ritmo y arma una colección de canciones de pop desenfadado, alegre y casi juvenil. Son trece canciones que se pegan en la memoria y de sonido tan variado como lo demuestran sus sencillos: la mandolina de "Dance tonight", el pop de guitarra de "Ever present past" y las guitarras procesadas de "Nod your head".

Clásico: "Dance tonight".
Joyas: "Ever present past" y "Only mama knows".

23. "Kisses on the Bottom" (2012)
Esta vez, el ex beatle busca exorcizar sus demonios con un recorrido por cortes tradicionales del cancionero norteamericano revisitadas en clave jazzística. El resultado es un álbum tranquilo, sin clímax y un tanto plano, incluso en términos vocales. Macca contribuye con dos cortes de su propia autoría, como "My Valentine" y "Only our hearts", donde vuele a unir fuerzas con Stevie Wonder.

Clásico: Ninguno.
Joya: "My Valentine".

24. "New" (2013)
"Macca" vuelve al pop convencional en este, el disco que lo trajo a tocar a Santiago por tercera vez en su carrera. Aclaró las dudas que pudo sembrar su proyecto anterior respecto de su capacidad creativa, la que luce intacta en el formato tradicional de canción. Abre con la energía de "Save us" y, aunque su voz de escucha más avejentada, mantiene el talento para las melodías agradables. En alguien que llega a los 71 años, las citas al pasado son inevitables. No su mejor trabajo, pero vital, como lo demuestra el pegajoso coro de "Queenie eye".

Clásico: "Queenie eye".
Joyas: "New", "Early days" y "Alligator".


25. "Egypt Station" (2018)
Saldrá a la venta la próxima semana y hasta ahora las críticas de la prensa especializada tienden a valorar sus 16 cortes. En términos sonoros, sus dos adelantos -"Come on to me" y "I Don't Know"- mantienen la sonoridad de "New" y su paleta de emociones. Una vez más, optó por tocar casi todos los instrumentos que se oyen en la placa. Sobre su voz, los años siguen haciendo su trabajo y el ex beatle mantiene su lucha por acomodarse para no sonar cansado y mantener el ánimo arriba, como en su clásico gesto con el pulgar apuntando hacia el cielo.

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